Nuestra Señora de la Merced

Es obra de Antonio Joaquín Dubé de Luque (1996), en madera de cedro. De aniñado semblante, inclina ligeramente la cabeza hacia el lado derecho y dirige la mirada ausente al suelo. Tiene los ojos pintados, con el iris pincelado en tonos castaños y las pestañas superiores postizas. Lleva cinco lágrimas de cristal. La boca, entreabierta, permite ver los dientes superiores y la lengua tallados.

La bendijo el obispo de la diócesis monseñor Álvarez Gastón el 21 de septiembre de 1996 en la plaza de la Catedral.

Evolución
La primera imagen de la Virgen de la Merced a la que la Hermandad rindió culto fue una pequeña imagen de gloria en la parroquia de San Sebastián. En 1956 se encarga una dolorosa a Enrique Pérez-Comendador que es sustituida en 1985 por una de Antonio Dubé que se perdió en el incendio de 1996. La actual imagen vino a sustituir a aquella y fue donada por el propio imaginero.

Ajuar
La imagen cuenta con cinco sayas: una bordada con apliques por Alfonso Reyes (1985) sobre raso color marfil, otra bordada con apliques sobre tisú de plata por Gabriel Martín Gázquez (1996), otra bordada en oro sobre terciopelo burdeos por Sebastián Marchante Gambero (1996), otra bordada en oro y sedas sobre terciopelo marfil por N.H. Carmen Muley Sorroche (2000) repitiendo el diseño de la que se perdió en el incendio de 1996 y otra confeccionada con bordados de un antiguo estandarte sacramental sobre tisú celeste por Sebastián Marchante Gambero (2010). Se conserva un escapulario realizado por Carmen Góngora (1960) que formaba parte de la terna perdida que completaba la saya y manto perdidos en el incendio de 1996.

Completa este ajuar un manto de vistas bordado en oro sobre terciopelo burdeos por José Manuel Elena Martín (1996), que terminó ese mismo año la toca de sobremanto, bordada en oro sobre maya así como el manto de salida bordado en sedas e hilo de oro sobre terciopelo azul 'pavo real' (1998).

Entre las numerosas preseas de la imagen, destacan la corona de plata, oro, marfil y piedras preciosas que repujó Manuel de los Ríos Navarro (1996) y donó a la Hermandad así como el puñal de oro que labró al año siguiente. Prácticamente todos los trabajos de orfebrería con que cuenta la Hermandad han salido del taller de Manuel de los Ríos: la corona de capilla realizada en alpaca dorada (1986), el aro de estrellas realizado en alpaca (1987) y la diadema de plata sobredorada, con esmaltes (1991).

La imagen cuenta, además, con insignias como la medalla del Senado donada por N.H. María del Mar Agüero (1997) así como diferentes broches donados por los órganos y cuerpos con los que la Hermandad mantiene especial vinculación: como el que donó el Grupo de Artillería de la Legión de Almería.