Paso de Nuestra Señora de la Merced

El actual es el séptimo paso documentado en el que ha salido la Virgen de la Merced. Del paso en el que salió por primera vez en 1956, apenas sí sabemos por leves referencias. Ya al año siguiente se estrenó uno tallado en madera, realizado por Antonio Robles Carrera que también lo doró. De aquel paso sí se conservan documentos que nos informan, por ejemplo, de la fuerte remodelación a la que fue sometido apenas dos años más tarde, en 1959, lo que se aprovechó para dotarlo de una nueva iluminación.

Ya en la Catedral, reorganizada la Hermandad, la Virgen de la Merced salió en el paso de la Virgen del Consuelo, aunque sin el palio (1978) y, al año siguiente, en el de la Virgen de las Angustias. Gracias a la gestión de N.H. José Cerrá Guirado, la comunidad jesuita establecida en el cercano convento del Corazón de Jesús cedió los pasos de la por entonces desaparecida Hermandad de las Angustias. Con este paso, que realizó José María Hervás para la Virgen de las Angustias en 1955, estuvo saliendo la Virgen de la Merced hasta 1981, fecha en la que se adquiere el paso y los varales de la Virgen de la Esperanza por 60.000 pesetas. Era un paso con dos ruedas al que se le colocó el primer palio con que contó la Hermandad, hecho por los propios hermanos con lentejuelas y encaje. Y así salió la Virgen hasta que se pudo acometer la realización de un paso propio. El encargo se formalizó ante el orfebre Luis Jiménez González (1983) y presentaba una estética peculiar gracias a los caracetrísticos sobrefaldones. Este fue el paso que se perdió en el incendio de 1996. Rafael Rodríguez Puente lo describe así en Dramaturgia procesional en Almería:
Sus respiraderos se distinguían por la inclusión de doce cabezas del apostolado sobre medallones. Centrada en el frontal se levantaba una capilla con la imagen de Jesús Cautivo de Medinaceli, que era escoltada por las efigies que representan a los patronos de Almería: la Virgen del Mar y San Indalecio. La peana correspondía a Orfebrería Sevillana, mientras que los bordados del palio eran obra de los talleres de Sucesores de Esperanza Elena Caro (1990-1995), con gloria pintada sobre tisú de oro, de Antonio Joaquín Dubé de Luque, en el que aparecía la propia dolorosa de la Merce en el momento de su coronación por dos ángeles, con la Alcazaba y la Catedral como elementos paisajísticos. Una paloma blanca emergía en el cielo, simbolizando el Espíritu Santo.
PASO DE PALIO ACTUAL
El mismo año del incendio la Hermandad aprueba la realización de un nuevo paso para la Virgen. Se decide que será en plata y se encarga a Manuel de los Ríos quien realiza la candelería (1997), los respiraderos (1998) y la peana (1999), además de restaurar (1997) los varales, candelabros de cola y jarras, de Luis Jiménez, que se pudieron salvar del incendio. Se realizaron, además, cuatro nuevas jarras hasta un total de 16 que son con las que cuenta actualmente el paso. La labor de bordado se volvió a encomendar al taller de Sucesores de Esperanza Elena Caro (1997-98) y Antonio Dubé volvió a pintar otra gloria aunque en esta ocasión representando a la Virgen de pie. Las dimensiones del paso son: 3'80x2'20x1'63 metros.

Programa iconográfico
El respiradero presenta un moldurón con escenas de la Pasión y cabezas del apostolado. En las bases de cada varal se presentan ángeles sentados soportando un jarrón con azucenas (símbolo de la Catedral de la Encarnación, templo en el que radica la Hermandad). En los paños del respiradero hay unas cartelas con la letanía de la Virgen, rematadas con ángeles que portan sudarios representándose en el frontal del respiradero una cartela central con la imagen de la Inmaculada, réplica de la existente en el trascoro de la Catedral, sustentada por dos ángeles de pie y rematando la composición la corona real.

La peana lleva un bajorrelieve en el centro, con la escena de la Encarnación (nuevamente en alusión al templo donde radica la Hermandad). Dos ángeles sostienen la escena; en las esquinas una Inmaculada y en la otra la Virgen con el Niño Jesús y; en los laterales una custodia y un jarrón con azucenas. El moldurón está rematado con cabezas de ángeles. Finalmente, en la entrecalle figura la imagen del Cautivo de Luis Jiménez (1984). Las maniguetas, por su parte, simulan forma de navetas, con un ángel con el escudo mercedario y aguantando con sus manos unas cadenas.

El palio
Los años que la cofradía estuvo saliendo de San Sebastián la Virgen salió sin palio. La primera vez que lo hizo bajo uno fue en la Semana Santa de 1981, con el paso y varales adquiridos a los Estudiantes. Era un palio de encaje y lentejuelas blancas realizado por los propios hermanos que en 1984 se completó con la incorporación de una paloma en la gloria, donada por Carmen Góngora López, fundadora y directora del Sindicato Católico de la Aguja. Este palio se sustituyó en 1990 por uno de terciopelo azul. Ese año se estrenó, además, el bordado de la caída delantera por José Manuel Elena, trabajo que se fue completando en sucesivos años. Este palio se perdió en el incendio de 1996 tras el que se volvió a encomendar la labor de bordado al taller de Sucesores de Esperanza Elena Caro (1997-98) y a Antonio Dubé, autor de la gloria. En la caída delantera se presenta el escudo de la Hermandad, mientras que en la trasera figuran los escudos de la ciudad, el de la Catedral y el del obispo y mártir Diego Ventaja.